Un relevo que necesitamos entender sin prisas
Por Jaume Osante Turón.
Mira, a veces la política mexicana parece un tablero en el que las fichas se mueven solas, pero hoy vale la pena detenernos un momento y mirar con más calma lo que implica que la presidenta haya recibido una carta del Senado relacionada con Alejandro Gertz Manero. No es cualquier cosa: estamos hablando del titular de la Fiscalía General de la República, una figura clave para la justicia y para la confianza que la ciudadanía deposita en las instituciones.
Y sí, entiendo que en redes todos quieren respuestas rápidas, confirmaciones inmediatas y titulares escandalosos. Pero también es cierto que las decisiones públicas no pueden tomarse a la carrera. Me da la impresión de que la propia presidenta está intentando enviar un mensaje de prudencia. Ese “en su momento lo haré público” refleja, más que evasión, la necesidad de no alimentar especulaciones que solo confunden y polarizan.
Quizá el punto más importante aquí no es si Gertz renuncia o no, sino qué significa para el país tener una Fiscalía que funcione, que rinda cuentas y que esté alineada con las exigencias de justicia social que tanto nos urgen. Eso es lo que realmente le importa a la gente de a pie: la madre que busca justicia, el joven que quiere vivir sin miedo, el ciudadano que se cansa de que todo se empolve en escritorios sin responsables claros.
Por eso, más que sumarnos al ruido, toca recordar que las instituciones se fortalecen cuando la transparencia se ejerce, no cuando se presume. Si hay cambios en puerta, ojalá respondan a la necesidad de recomponer un sistema que aún tiene muchas grietas. Y si no los hay, entonces el compromiso debe ser aún mayor para corregir lo que no ha funcionado.
La carta está sobre la mesa. Lo que vendrá después no es una historia de pasillos políticos, sino un capítulo más para entender si este país puede caminar hacia una justicia que no dependa de nombres, sino de principios.
Porque callar también es decidir… ahí se los dejo, para pensarlo con calma o con coraje.
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