Altamira: Crisis de Seguridad para Mujeres, Denuncian Colectivas Feministas
Las colectivas feministas en Altamira han levantado una voz de alarma sobre la seguridad de las mujeres en la región, desafiando las estadísticas oficiales presentadas por la Fiscalía. Martha de la Cruz, integrante de la colectiva feminista Mujer Manglar, destacó que mientras la Fiscalía solo reconoce 17 víctimas de feminicidio, sus propias estadísticas superan los 30 casos. Sin embargo, las autoridades clasifican muchos de estos casos como homicidios dolosos o culposos, lo que genera preocupación entre los activistas.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, las colectivas Brujas del Puerto y Mujer Manglar llevaron a cabo diversas acciones de protesta en Altamira. Colocaron mantas con la leyenda “Altamira Feminicida” en puentes peatonales y renombraron calles importantes con nombres e información de mujeres víctimas de feminicidio. Además, instalaron un tendedero de denuncias en la plaza Constitución de la ciudad.
Martha de la Cruz enfatizó que Altamira es considerado el municipio menos seguro para las mujeres en la zona sur, con un alarmante aumento en casos de violencia y abuso. Señaló que Altamira lidera en violencia doméstica en la región y ocupa el primer lugar en feminicidios, además de figurar constantemente entre los primeros cinco lugares a nivel estatal. Asimismo, lamentó que la violencia contra las mujeres esté en aumento a pesar de las afirmaciones del gobierno estatal sobre una supuesta disminución de la misma.
La activista denunció la opacidad en las cifras de seguridad y expresó su preocupación por la falta de tipificación de casos como feminicidios, atribuyendo esto a acuerdos entre abogados y jueces, así como a la falta de recursos de las familias de las víctimas para defender sus casos en el sistema judicial.
En este contexto, Martha de la Cruz subrayó la importancia de tomar en serio las denuncias por violencia doméstica como indicadores clave de seguridad para las mujeres. Sin embargo, lamentó que estas señales de alerta sean pasadas por alto por las autoridades, lo que perpetúa la crisis de seguridad que enfrentan las mujeres en Altamira.
