Tres pasos firmes hacia la justicia social en Tampico

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Por Jaume Osante T. 

 

Hoy Tampico dió muestra clara de que la justicia social no es un discurso vacio, sino un conjunto de acciones que fortalecen la vida comunitaria y la dignidad de las personas. Tres hechos relevantes marcan la agenda de nuestra ciudad y nos invitan a reflexionar sobre la importancia de caminar juntos hacia un mejor porvenir.

 

Primero, la entrega de la biblioteca “Elena Maldonado Robles” rehabilitada en la zona norte. No se trata solo de pintura y aires acondicionados, sino de reconocer que la educación es un derecho y que contar con un espacio moderno, digno y seguro para estudiar puede cambiar el rumbo de muchos jovenes. En tiempos donde el consumo digital domina, rescatar la lectura y la convivencia en un recinto cultural es un acto de justicia, pues abre oportunidades para todos sin importar su condición social.

 

Segundo, la remodelación de los Centros de Mediación Comunitaria. Apostar por el dialogo en vez del conflicto es sembrar semillas de paz. Que el municipio capacite funcionarios y niños en la cultura de la mediación es una inversión a largo plazo: evita pleitos, genera confianza y construye un tejido social más fuerte. Una ciudad pacífica no nace de patrullas, sino de vecindarios que saben escucharse y resolver diferencias con respeto.

 

El tercer hecho es quizá menos vistoso pero igualmente trascendente: la incorporación de 43 espacios públicos al patrimonio municipal. Dar certeza jurídica sobre plazas, parques y predios significa proteger lo que es de todos. No se trata de papeleo burocrático, sino de asegurar que esas áreas sigan siendo espacios comunitarios, libres de intereses privados o abandonos legales.

 

Los tres actos tienen un hilo común: son decisiones que miran hacia la justicia social. Una biblioteca rehabilitada, centros de mediación fortalecidos y espacios públicos regularizados nos dicen que Tampico avanza en la ruta correcta. Reconocerlo no significa dejar de señalar lo que falta, pero sí valorar cuando se da un paso firme hacia una ciudad más justa, humana y solidaria.

 

Porque al final, justicia social es eso: garantizar que todos, desde un niño estudiante hasta un vecino que busca resolver un conflicto, tengan un lugar digno en la vida pública.